Erase
una vez... Todos los cuentos empiezan igual, o eso dicen, quizá porque casi
nunca sabemos cómo empezar algo... ¿Por el principio? ¿Y por qué no por el
final?
El
caso es, que esta noche, me apetecía contarte un cuento. Una historia inventada,
sin moralejas o con ellas, tú decides. Sin juzgar ni prejuzgar porque nunca
estamos en la piel de otro, ni en su mente, ni en sus sentimientos... Y porque
a veces estando en nuestra propia piel nos dejamos llevar, simplemente nos
dejamos llevar...
Y
ahora empecemos